INSTITUTO OSCAR MASOTTA
SEMINARIO CLÍNICO
CICLO 2010
"ESCRITOS, UNA APROXIMACIÓN INTERTEXTUAL"

La angustia como señal II

Clase dictada el 26 de junio de 2010
por Silvia Ons

RESUMEN
A partir de la lectura de Inhibición, síntoma y angustia se trabajaron los antecedentes de la elaboración de la angustia “lacaniana” en el texto freudiano. Si bien, Freud enuncia la consabida idea acerca de la angustia ante la pérdida del objeto, no deja de recordar que esa pérdida corresponde a un desplazamiento de la razón de angustia o-mejor dicho a una búsqueda de la causa de angustia, que velaría lo que él denomina “genuino núcleo del peligro” El genuino núcleo del peligro, el asunto de angustia, es la magnitud de excitación que convierte una impresión en factor traumático y este es su fundamento real: Por ello expresa “La reflexión más somera nos lleva más allá de esa insistencia en la pérdida de objeto”[1] Freud se obstina en ubicar el “genuino núcleo de peligro”[2] y aquí son dignos de destacar los términos “genuino” y “núcleo”, ya que indican que él intuye que las razones de angustia podrían ser engañosas respecto a su verdadero origen. Para Freud, el genuino núcleo del peligro, el asunto de angustia, es la magnitud de excitación que convierte una impresión en factor traumático y este es su fundamento real: “En la medida en que esta exigencia pulsional es algo real [Real] puede reconocerse también a la angustia neurótica un fundamento real”.[3] El inconsciente había sido pensado por Freud como estructura de ficción, más el fundamento real de la angustia apunta a algo que lo excede. Ella daría cuenta, también en Freud, de lo que no engaña Por un lado Freud afirma que la angustia es sin objeto. Por otro lado también afirma que la angustia es “ante algo”[4]. La elaboración del objeto “a” en Lacan, parte de haber profundizado cual es el estatuto de ese “algo”. Lacan dijo que el objeto “a” había sido su única invención. Se dilucidó de qué manera esta invención es deudora de haber percibido los atolladeros freudianos relativos a la angustia.
Se diferenció la angustia como señal de la angustia como signo del deseo del Otro, distinguiendo señal y signo. Respecto a Lacan, señala Miller
[5] que en el Seminario 10 se produce un desplazamiento del falo como significante al falo como órgano. Al ubicar la angustia en torno a la detumescencia peneana, la castración se separa del agente, quedando entonces localizada a nivel del cuerpo, sin Otro. Se observa la misma dirección cuando, criticando el tope freudiano respecto al complejo de castración, asevera que la forma de castración ya está hecha a nivel de la fractura de la imagen libidinal, otra vez pues, la ubica a nivel del accidente corporal. Afirmaciones que anteceden a aquello que remata en Televisión: “la angustia sobreviene ante la sospecha de quedar reducidos a nuestro cuerpo”[6]. Estas afirmaciones ponen en cuestión la consabida fórmula lacaniana acerca de la angustia emergiendo como interrogación frente al deseo del Otro o, al menos nos llevan a pensar en distintos tipos de angustias. Por ello Miller afirma que en el seminario 10 se produce el pasaje de la angustia como signo ante el deseo del Otro a la angustia como señal de lo real. ¿Acaso la primera no es defensa frente a la segunda? ¿No podríamos considerar que la angustia frente al deseo del Otro es tal vez una angustia más fantasmática, que vela en este punto una dimensión aún más real? No por nada en dicho seminario, Lacan se refiere a los dos estatutos del objeto ”a” nominado a uno de ellos como “postizo” al prefigurarse en el campo del Otro.
Silvia Ons


[1] Freud, S; “Inhibición, síntoma y angustia”. Obras completas Bs. As, Amorrortu editores,p 130.
[2] Ibíd, p.130.
[3] Ibíd, p.130.
[4] Freud, S; “Inhibición, síntoma y angustia”. Addenda. Complemento sobre la angustia Obras completas Bs. As Amorrortu editores, p 154.
[5] Miller, J. A., La angustia lacaniana, trad., Nora González, Bs. As., Paidós, 2007, pp 51-55.
[6]Lacan, J., “La tercera”, Intervenciones y textos 2, Manantial, Bs. As.,1988,p.102