La presentación de un caso clínico


En el marco de la actividad del CID Jujuy del Instituto Oscar Masotta, denominada, Coloquio Seminario “Lógica de la Cura realizada el 26 de junio, tuvimos la oportunidad de trabajar un caso clínico con el comentario de Luis Darío Salamone.



Es oportuno remarcar que la presentación de un caso clínico no trata acerca de la cronología de la vida del paciente, no es una historia clínica, no se trata de elevar el caso al ideal de objetividad científica, tampoco es realizar una teorización excesiva ya que eso podría poner en riesgo la presencia del decir del analizante. De lo que se trata es de una construcción.

Para Freud, la construcción, no solo la del caso sino también aquella que tiene lugar en el análisis, estaba a cargo del analista, se trataba de restituir al analizante aquella parte que no alcanzaba a decir y que constituía el núcleo de la represión originaria. A diferencia de Lacan para quien la construcción estará del lado del analizante, que es quien deberá elaborar ese núcleo, ese agujero para así poder ir mas allá de la repetición.


En la construcción de un caso el analista transmite el trabajo realizado con el analizante bajo transferencia. Es la verificación en la transferencia de la puesta en acto del inconsciente o de momentos cruciales de la cura.

A partir del decir del analizante, es el analista quien construye el caso clínico con los significantes que han representado al sujeto en el lugar del Otro. Por ello dicha construcción transmite la particularidad de cada experiencia de transferencia, desde el deseo de quien la expone. El analista está entonces en un primer plano y la construcción que hace testimonia su posición.

Esta construcción se encuentra a medio de camino entre la interpretación y la teoría, ya que debe dar cuenta del acto del analista y de la teoría anudando diferentes elementos entre si. Tiene que servir para transmitir lo que el analista ha aprendido del caso.

J.A. Miller remarcar a la narrativa del caso como demostración (la demostración en psicoanálisis es homogénea a la forma del chiste, en tanto efecto de sentido). Implica hacer aparecer en la presentación la incidencia de lo no programado, lo azaroso de la experiencia. Entonces, si en el transcurso de una cura se produjo un efecto de encuentro que promovió la escritura, la presentación del caso debería también producir un encuentro en los oyentes.

La presentación de casos clínicos es una de las instancias en la formación de los psicoanalistas, los conceptos fundamentales se han forjado a partir de una clínica y de su transmisión. Los cinco casos clínicos escritos por Freud dan cuenta de cómo un caso puede transmitir una enseñanza.

Relatar un caso permite transmitir algo de la práctica, y eso es posible si se abre a la enunciación. En la presentación, estará en primer plano el analista y la construcción que hace testimonia de su posición. Si no es así, la supuesta objetividad del caso obtura lo que el analista no sabe mas allá de lo que debe saber. Esto es lo que marcara la diferencia entre psicoanálisis y psicoterapias.

Para concluir, me parece importante subrayar a la presentación de casos como un instrumento de enseñanza y formación en la medida que el analista ya no sea el sujeto que sabe sino que pueda él mismo presentar su operación con la parte de opacidad que comporta para él.


Maria José Autino